Esta Navidad una improvisada tertulia en la furgoneta del amigo Galisteo dividió al pasaje entre partidarios y detractores de Juan Jódar. Por un lado estábamos los que nos declarábamos juanistas hasta las trancas y, por otro, los que querían darle la patá de Charlot. Entre ambos, un tibio sector se posicionaba aunque por la razón que fuera, terminó por apoyarnos a los juanistas y así fuimos y vinimos de los Molinos aquella fría noche del pasado año. Juan ahora se va. Se sale de debajo de los pasos y le da por el lado del gusto a los que no querían que mandase más debajo de la Cena. Yo en cambio -será porque conozco a Juan desde el Mater Asunta, cantera buena de cofrades- siempre he apostado por él, lamento esta salida, este cambio.
También creo que ha influido el hecho de que pocos como Juan han reconocido que no saben, que aquí se viene a aprender y que lo poco que se sabe hay que compartirlo. Dicen (porque lo he escuchado, porque me lo han dicho abiertamente) que si es chulo, prepotente y engreído. Pero también dijo un tal Dupaty que he encontrado por internet que dejásemos a los envidiosos la tarea de proferir injurias y a los necios la de contestarlas... Juan, entre tanto, nunca ha entrado a ese trapo. Se ha limitado a aprender y a poner en práctica lo que ha ido aprendiendo. La cuadrilla de la Cena, según he leído estos días en las diferentes bitácoras que se han hecho eco de la noticia (ésta y ésta) es lo que es en gran medida por Juan Jódar. Doy fe desde fuera.
Desde aquel Domingo de Ramos de 1998 en que dejó grabada en la retina de la memoria aquel izquierdo tras otro con Refúgiame y San Eustaquio detrás, la de la Cena ha sido una cuadrilla que ha ido a más. Obviamente, el camino no ha sido fácil. Pero se ha llegado. Y es que ese día en el que nacía una nueva cuadrilla comenzaba el calvario de una generación que, milagrosamente resiste debajo de los pasos: Agustín, Leo, Jorge, Barranco... Juan. Aunque ahora las facturas comienzan a pasar. Dos zancos como el de la Cena y los Caballos comienzan a cobrarse los excesos de la edad y las carencias. Juan cambió la túnica blanca de capa de los nazarenos de la Virgen demasiado pronto. Y por aquella celeridad cambia ahora el ya mítico costal de rayas rojas por el traje. Todo lo ha hecho bien Juan (aunque muy joven). Lo seguirá haciendo, por tanto, ahora al frente de la Cena. Irá delante con El Tri. Se calza así la mesa coja.
cambios y Cambios
Recuerdo el acontecimiento que suponía cada nuevo vídeo de Momentos cofrades. Cambiaron además de color y se empezó a reducir la cantidad de cofradías por cinta. Llegaron así las moradas, las verdes, las azules, las rojas... Y con una morada de las Cigarreras en la Capilla de los marineros alucinábamos los del 79. Aquello de los izquierdos, por mucho que Luis Pardo ya los mandara en el Prendimiento a mediados de los 80, era lo más... Y nadie los hacía ahora. Ahora de entonces. Porque ahora de ahora nos sobran. El caso es que andábamos huérfanos de espectacularidad y ahí se nos presenta Juan Jódar en la calle del General Ricardos con el barco de la Cena completamente revirado y dispuesto a plantarse en la plaza de San Pedro con tres izquierdos.
Nunca se me podrá olvidar. Es algo que siempre comento. Ahora desde Regiones se llega con el izquierdo por delante... O desde la Plaza de Toros. Pero aquellos tres izquierdos de la Cena fueron capotazos fugaces de esos que espantan a las nubes y te hacen ver el cielo. En una Semana Santa tan copiada/calcada de la de Sevilla, ver pasos como los de allí no nos extrañaba. Ahora, ver que hacíamos lo que los de allí fue sublime. Y no contento con eso se saca de la manga aquello de irse de largo antes de terminar la marcha. Lo mismo ya lo hacían otras cuadrillas en los 80 pero los del 79 no nos acordamos de eso. Por eso los izquierdos del 98 demostraron que algo estaba empezando a cambiar; fue un cambio en la mentalidad. Comenzaban a romperse muchos esquemas y levantarse con muchísimo sacrificio otros. Los frutos se van viendo y, con los años, serenándose las estridencias de antaño. Por eso con los cambios llegaron los Cambios. Siempre en constante evolución, aprendizaje. Vaya este vídeo como breve homenaje a alguien fundamental cuando se escriba la historia de los costaleros en Almería. Porque él fomentó la transición y ahora vivimos una plácida democracia costaleril.
También creo que ha influido el hecho de que pocos como Juan han reconocido que no saben, que aquí se viene a aprender y que lo poco que se sabe hay que compartirlo. Dicen (porque lo he escuchado, porque me lo han dicho abiertamente) que si es chulo, prepotente y engreído. Pero también dijo un tal Dupaty que he encontrado por internet que dejásemos a los envidiosos la tarea de proferir injurias y a los necios la de contestarlas... Juan, entre tanto, nunca ha entrado a ese trapo. Se ha limitado a aprender y a poner en práctica lo que ha ido aprendiendo. La cuadrilla de la Cena, según he leído estos días en las diferentes bitácoras que se han hecho eco de la noticia (ésta y ésta) es lo que es en gran medida por Juan Jódar. Doy fe desde fuera.
Desde aquel Domingo de Ramos de 1998 en que dejó grabada en la retina de la memoria aquel izquierdo tras otro con Refúgiame y San Eustaquio detrás, la de la Cena ha sido una cuadrilla que ha ido a más. Obviamente, el camino no ha sido fácil. Pero se ha llegado. Y es que ese día en el que nacía una nueva cuadrilla comenzaba el calvario de una generación que, milagrosamente resiste debajo de los pasos: Agustín, Leo, Jorge, Barranco... Juan. Aunque ahora las facturas comienzan a pasar. Dos zancos como el de la Cena y los Caballos comienzan a cobrarse los excesos de la edad y las carencias. Juan cambió la túnica blanca de capa de los nazarenos de la Virgen demasiado pronto. Y por aquella celeridad cambia ahora el ya mítico costal de rayas rojas por el traje. Todo lo ha hecho bien Juan (aunque muy joven). Lo seguirá haciendo, por tanto, ahora al frente de la Cena. Irá delante con El Tri. Se calza así la mesa coja.
cambios y Cambios
Recuerdo el acontecimiento que suponía cada nuevo vídeo de Momentos cofrades. Cambiaron además de color y se empezó a reducir la cantidad de cofradías por cinta. Llegaron así las moradas, las verdes, las azules, las rojas... Y con una morada de las Cigarreras en la Capilla de los marineros alucinábamos los del 79. Aquello de los izquierdos, por mucho que Luis Pardo ya los mandara en el Prendimiento a mediados de los 80, era lo más... Y nadie los hacía ahora. Ahora de entonces. Porque ahora de ahora nos sobran. El caso es que andábamos huérfanos de espectacularidad y ahí se nos presenta Juan Jódar en la calle del General Ricardos con el barco de la Cena completamente revirado y dispuesto a plantarse en la plaza de San Pedro con tres izquierdos.
Nunca se me podrá olvidar. Es algo que siempre comento. Ahora desde Regiones se llega con el izquierdo por delante... O desde la Plaza de Toros. Pero aquellos tres izquierdos de la Cena fueron capotazos fugaces de esos que espantan a las nubes y te hacen ver el cielo. En una Semana Santa tan copiada/calcada de la de Sevilla, ver pasos como los de allí no nos extrañaba. Ahora, ver que hacíamos lo que los de allí fue sublime. Y no contento con eso se saca de la manga aquello de irse de largo antes de terminar la marcha. Lo mismo ya lo hacían otras cuadrillas en los 80 pero los del 79 no nos acordamos de eso. Por eso los izquierdos del 98 demostraron que algo estaba empezando a cambiar; fue un cambio en la mentalidad. Comenzaban a romperse muchos esquemas y levantarse con muchísimo sacrificio otros. Los frutos se van viendo y, con los años, serenándose las estridencias de antaño. Por eso con los cambios llegaron los Cambios. Siempre en constante evolución, aprendizaje. Vaya este vídeo como breve homenaje a alguien fundamental cuando se escriba la historia de los costaleros en Almería. Porque él fomentó la transición y ahora vivimos una plácida democracia costaleril.