Aspecto del convento y retablo cuando se escribían estos versos. Fotografía de la web de la Hermandad.
Sobre las olas de la mar pujante
que acarician tu puerto noche y día
brillas, Virgen del Mar, sol rutilante
como Estrella de amor del navegante
en el hermoso puerto de Almería.
En un plantel de nacaradas flores
tus Vírgenes te ofrecen sus arreboles
sobre las gradas del sublime altar,
y el sol, para mandarte más fulgores
sus hebras de oro quiebra sobre el mar.
Y ora son flores de bruñida plata,
ya son rosas de nieve o escarlata,
las que miro ante Tí, con profusión
o ya es el cielo que la mar retrata
cual palacio encantado de ilusión.
Del céfiro en las alas misteriosas
llegan a Ti plegarias fervorosas
de almas que vela pudoroso tuk,
son las flores de ensueño cariñosas
de hermosos hijos de tu playa azul.
Que en el alcázar soberbio de diamantes
cual si fueran mil lámparas colgantes
sus anhelos dirigen hacia Tí;
son sus besos de fe, besos amantes
emblemas del más puro frenesí.
Mas si yo miro de la lira mía
flojas las cuerdas, pobre la armonía,
rota del bardo la ilusión de ayer,
te mando entre raudales de alegría
el amor más intenso de mi ser.
Agustín Denis Sola, 1924
que acarician tu puerto noche y día
brillas, Virgen del Mar, sol rutilante
como Estrella de amor del navegante
en el hermoso puerto de Almería.
En un plantel de nacaradas flores
tus Vírgenes te ofrecen sus arreboles
sobre las gradas del sublime altar,
y el sol, para mandarte más fulgores
sus hebras de oro quiebra sobre el mar.
Y ora son flores de bruñida plata,
ya son rosas de nieve o escarlata,
las que miro ante Tí, con profusión
o ya es el cielo que la mar retrata
cual palacio encantado de ilusión.
Del céfiro en las alas misteriosas
llegan a Ti plegarias fervorosas
de almas que vela pudoroso tuk,
son las flores de ensueño cariñosas
de hermosos hijos de tu playa azul.
Que en el alcázar soberbio de diamantes
cual si fueran mil lámparas colgantes
sus anhelos dirigen hacia Tí;
son sus besos de fe, besos amantes
emblemas del más puro frenesí.
Mas si yo miro de la lira mía
flojas las cuerdas, pobre la armonía,
rota del bardo la ilusión de ayer,
te mando entre raudales de alegría
el amor más intenso de mi ser.
Agustín Denis Sola, 1924