Tiene mi madre una prima que tiene un limonero. Está cerca de la plaza de España, cuando la torre de la iglesia de San Antonio es un simulacro en el jardín. Además, por allí esculpen, en una ventana que da al patio de este limonero, entre líneas y sobre un blanco océano, una marcha. Luego estos limones que llora (o pare) el limonero de la prima de mi madre son roscos que hace mi tía. Ahora huele la casa a estos limones antiguos que trae mi madre. Y ese olor trae presagios de Cuaresma que precipitan la luz (o las ganas de verla).
20 de enero de 2008
Estos limones
Tiene mi madre una prima que tiene un limonero. Está cerca de la plaza de España, cuando la torre de la iglesia de San Antonio es un simulacro en el jardín. Además, por allí esculpen, en una ventana que da al patio de este limonero, entre líneas y sobre un blanco océano, una marcha. Luego estos limones que llora (o pare) el limonero de la prima de mi madre son roscos que hace mi tía. Ahora huele la casa a estos limones antiguos que trae mi madre. Y ese olor trae presagios de Cuaresma que precipitan la luz (o las ganas de verla).