30 de enero de 2008

Los recuerdos de Bendicho. Un poema de Graciela Vera

Llegó a Almería hace siete años y es periodista. Tiene un par de blogs. De uno de ellos robo este poema con foto incluida. Uruguaya, dice haber nacido "muy lejos de esta tierra sedienta que se abre en vergel, oasis de vida, donde las vidas tienen sentido propio" y añade que se siente orgullosa de ser inmigrante "porque haber emigrado me permitió conocer un lugar sin tiempo y sin prisas; una ciudad recogida en siglos de historia que se sacude en un presente de transformaciones para llegar al sitio que el futuro le reserva: ser grande, sin dejar de ser la pequeña joya que un día llamaron la Urci Mediterránea".



Ya no habrá más atardeceres de cara al mar
ni más noches de estrellas sobre la ribera;
nuestras torcaces, enamoradas de la primavera
retornarán cuando los jacarandaes
vistan sus ramas con racimos azules.

No serán míos los destellos irisados
de un mar resplandeciente de luces,
ni los siglos corroyendo las piedras de la Catedral;
los gorjeos tempranos
ni las piruetas aladas saludando el día.

En los ojos llevo reflejada la nostalgia
de un horizonte sin vallas
y calles que se esfuman
desapareciendo bajo el andar,
en un callejón, una reja y un malvón.

Noches de Bendicho,
días de plazoleta y barrio
resumidos en las palmas
de una bulería apenas hilvanada
con la complicidad de una poetisa solitaria.

Ya no habrá más atardeceres de cara al mar
ni más noches de estrellas sobre la ribera;
sólo el recuerdo de la araucaria solitaria
elevándose hacia el cielo
en una silenciosa plegaria.

Graciela Vera