Menos mal que tenemos la estrella bien trincá ya sobre el escudo que si no nos la iba a soplar a la contra cualquier equipito. A España se le tiene un miedo raro, que es como tenerle algo de miedo a algo pero poco, ¿eh? Tampoco mucho. Nos juegan los equipos a oscuras, con el miedo habitual a la noche y de repente te sale un veloz jugador que saca una cerilla y ve que no hay monstruos o fantasmas. Y lo que le dura la cerilla al iluminado a España se la lían. Que nos empujan y nos meten goles y el miedo a nosotros así, al sacudírselo los otros. Luego del Bosque se pone de pie una hora después de empezado el partido, se moja los dedos y apaga la cerilla hoy del escocés, acierta con los cambios y termina ganando. Pero con el miedo nosotros y siempre los otros, derrotados, sí, pero con esa sensación de no haber sido para tanto (Paraguay en el Mundial, en la memoria). Menos mal que ya aquello lo ganamos y se nos cayó lo del complejo y ya podemos dormir tranquilos, que la estrella está bien osida o como la hayan pegado a la camiseta. Si tendrá mundiales Uruguay y ¿quién teme a Uruguay? Pues España es un poco así pero no tanto. ¿Quién teme a España? Todos y nadie. Para ganarle a España parece que basta con encender una cerilla o confiar en que haya luna llena la noche del partido. Y con esa sensación le ha jugado Escocia a una selección patria que no es capaz de casi nada y lo es de todo. Siempre hay una excusa y alguna algún día será verdad pero algo no va bien cuando España tiene que tirar once veces para meter tres goles y a Escocia le bastan dos tiros entre los tres palos para sus dos golitos. Estadísticas del partido aquí.
El resumen del mismo ha sido la ansiedad en Villa, el CR7 o 9 de la España que todo lo tira y poco mete. Villa anda con la lista en los talones, con los antes de empezar 43 goles como 43 eslabones de una pesada cadena. Haciendo su jugada de siempre, eso no cambia pero es árbol que no da frutos. Menos mal que la sequía le vino después de Sudáfrica. Lo mismo eso le da una liga al Madrid. Vaya usted a saber. Luego, en el campo, Iniesta en la banda, Xabi Alonso por allí que se llevó una patadita a lo De Jong pero menos y ese entretenimiento de partido mediocre, de mucha posesión y los rugidos de los autóctonos a la primera carrera. Para carreras Ramos, que sube con la alegría propia que gastan los tiesos y trabajan los vagos. Qué mala suerte la de Piqué que para un día que no sangra, marca en casa. España ha ganado 2 a 3 después de que Llorente ni sudara para darnos la victoria entrando, rematando y marcando ¡con el pie! y a Casillas le han metido los dos balones que tenía que parar. Un despropósito que nos lleva un poquito más lejos. Poco más. Yo es que como no entiendo de fútbol no sé qué más decir.