10 de noviembre de 2006

Con devoción de nieto

Con la solapa empapada de lágrimas ajenas regreso del recreo de los vencejos. Se acercan los años del sosiego. Hace años pariste y crecieron aquellos niños. Hoy regresan con tus nietos de la mano.

La grandeza de esto no es más que la del legado que se transmite. Seremos recordados por el uso del testigo que les pasemos a los que hayan de venir. El futuro está en la continuidad de este gesto, de este beso.