Miren qué dos maneras de decir lo mismo: el amigo K. en una sola frase: ¡¡Y QUE VAYA PASANDO EL NEGRO QUE YA VA A ESTAR LA BORRIQUITA EN LA CALLE!! y el pequeño tambucho con otros signos, con otra sutileza herida, de alma desnuda. Aunque el mensaje sea el mismo. Desde ayer, desde hoy, se mira el calendario con otros ojos: con los de la certeza de que ya viene. Con certeza de vísperas. La gloria, pues, por delante. Pero la gloria se ha manifestado este año en la memoria quieta de los gestos. Este año que he doblado las esquinas del tiempo y me he reencontrado con la Navidad que me enseñaron a vivir estoy contento con esta Epifanía en la que se ha manifestado el Gran Poder de Dios. Este año la he vuelto a mirar con otros ojos: con los de alguien que confía y he disfrutado de la víspera de las Vísperas como el chiquillo que he recordado entre mis brazos.