1 de enero de 2007

Secretos a voces (y a veces)

Año nuevo, ¿vida nueva? Y una mierda.

Perdón por lo expresivo y malsonante del arranque del año pero es lo que hay. En Almería nos va más un secreto a voces que a un tonto una gorra de cuadros. En fin, es la única manera de despertar interés y, claro, el que necesita despertar interés es aquel que normalmente no lo despierta. Es obvio, de cajón como el palio de la Virgen de los Dolores. Es, además, la mejor manera de garantizarse que hablarán de uno. Qué han pensado, qué quieren hacer, qué y cómo lo han hecho... Son estas preguntas y sus consabidas respuestas las que tanto cansan de boquilla a los secretistas dirigentes cofrades cuando la solución más fácil para evitarlas es despejar todas las dudas ya que, sin incógnita, las elucubraciones se acaban. ¿Ven por lo que los secretos a voces son fomentados por los que necesitan ser algo en la vida?

. o O o .

Estaba esta tarde con aquello de las dudas típicas de lo que está por venir y le he preguntado a un hermano de la Cena con línea directa en esa sala capitular sobre las bandas: secreto. Se sabe; lo saben unos pocos pero hasta que no se firme... Y ese mutismo me ha recordado que es norma habitual en Almería el secretismo, el oscurantismo, el tapado de todo y el disimulado de más. Algo parecido ocurrió con la banda del Prendimiento. Huida la Pasión, había que buscar sustituta. Mientras media Almería lo sabía ya e, incluso, lo ponían en los foros, un reducto de oscurantistas burócratas de las cofradías lo negaba y añadía la habitual coletilla: hasta que no se firme..., no se dice nada. Obviamente, se firmó y se hizo publico que la banda contratada era la que se sabía dese hacía meses. Y quien dice bandas, dice cualquier cosa relacionada con las cofradías de Almería. Me acuerdo de aquella mañana de Lunes Santo en San Ildefonso cuando unos pocos amigos nos interesamos por los romanos que estrenaba ese año la cofradía: cerrojazo y a esperar.

Otro secreto aunque este a menos voces, es el murmullo eterno en torno al titular cristífero de los Ángeles. Sinceramente, quiero que no hagan nunca nada porque ¿qué será de nosotros el día que nos quiten ese tema para teorizar, opinar, divagar, criticar, insultar, apoyar, alabar o condenar? ¿Qué haremos el día que no podamos dar crédito a los rumores porque, sencillamente, hayan desaparecido? Nos tiraremos de los pelos. Aunque vaya Vd. a saber de los pelos de dónde. Porque esos secretos a voces de Almería son como el coño de la pobre Bernarda por donde entran y salen las locas amigas del vestidor de turno mientras a otros se nos vendió la moto de que a la Virgen sólo la veía el Vestidor. Almería y sus secretos: unas veces pregonados a voces como el pescaero de mi calle cuando trae brótolas y jureles, ordinaria y populachera y otras, reservada e íntima, puritana y falsa como... Como... En fin, dejémoslo ahí.