10 de mayo de 2008

Tiempo & Cofradías

Como si Amy Winehouse cruzara la plaza de la Catedral vestida de mantilla y sus zapatos siguieran siendo rojos. En esa extraña involución tan cofrade, enquistada, el tiempo detenido, densa y espesa la espera de un futuro que se parezca a nuestro cada vez más idealizado pasado, un paso neobarroco es escupido (¿esculpido?) en el cristal del Colegio de aparejadores.

Suena (y bailan) el neo-retro-soul, esa ¿música negra para blancos? de la que habla Darío Manrique en su blog. Y Amy Winehouse que es mujer de pocas mantillas y muchos tatuajes sobre sus brazos juega con los altavoces y ahora que "la juventud negra norteamericana está más interesada en el hip-hop y el R&B actual que en el soul que escuchaban sus padres" vienen los blancos a escucharlo. Y si encima al neo-retro-soul le añadimos que la música soul interpretada por blancos como Amy Winehouse es el Blue-eyed Soul, al final resulta que estamos escuchando neo-retro-blue-eyed soul en una reinterpretación del pasado muy moderna ella.

¿Aplicación cofrade de esto que digo? Mucha. Mucha.