Quién se iba a imaginar hace 984 días, 245 entradas después, que aquello que decíamos de Kierkegaard en la primera, aquello de que la vida sólo podía ser comprendida mirando hacia atrás, pero que debía ser vivida mirando hacia adelante iba a ser razón y argumento del cierre. Ahora que Blogger (después de cerrar este espacio varios días) ha sustituido todos los acentos de las entradas antiguas por signos de interrogación que complican ese mirar atrás, no nos queda otra que seguir viviendo hacia adelante; echar el cierre y buscarnos las habichuelas por otros pagos. Así es que tómense lo que quieran que aquí está ya todo pagado.
Nos vemos.