14 de abril de 2010

El pregonero a caballo

El misterio del Señor de las Penas en las calles de Regiones. Scarabaeus sacer

La de gente que hay en la puerta de Santiago llenándole la misa a Paco Escámez. O a otro. Acaba de pasar una cofradía de verdad y no somos los únicos en ir a buscar a la Estrella. Hay soleanos de pro que no tienen más pasos a los que saludar hoy así que salen al paso de otros pasos. El del Señor de las Penas baja restregando las ruedas de los patines por el asfalto que trae a la cofradía al centro. Viene con una luz de tarde y le chillan a su paso los vencejos que se han venido a estos aledaños del esqueleto del mercado. Qué poderoso viene el misterio, bonito de lejos, resultón a bulto, con sus dos ladrones nuevos y su caballo. Me hace gracia lo que llama la atención el caballo entre los niños. Nada más que por eso queda justificada su presencia y los quilos. Luego me entero de que también le encanta a mi sobrina porque tiene los ojos azules o marrones. O verdes. El caballo llama la atención, atrae. También se trae al centro todo un misterio repleto de ladrones, romanos, sayones, un equino y el Señor. La cofradía está ahí, en la tarde, saliendo de su barrio aunque yo la veo por San Leonardo y voy arrimado al misterio hasta que se detiene en una esquina que da a Javier Sanz y se le meten otros costaleros. Salen muchas caras conocidas y felices y el viento de la tarde, de poniente, hace levitar las plumas rojas y blancas. La cuadrilla se dice a si misma de todo y se hace caso. Se van a la Carrera oficicial y se llevan mi despedida, que me voy a ver a la Virgen.

Más caras conocidas y más saludos en la puerta del próximo hotel. Hay mucha túnica negra escondida entre la gente que contempla el paso de la cofradía y se les desea buen Martes Santo. En el Perdón se ve que hay querencia y la Compañía de María es la Compañía de María y aquí se ven cofradías si hace falta. Les gusta cómo viene la Virgen de la Estrella. Me gusta a mi también. La Virgen que tiene algo llega y se va. Luego la veré al sonido de una fuente, cuando se despide del graderío camino de la Diputación dejando a su paso un reguero de pipas y ese palio que se va cayendo a pedazos con los vaivenes de la espera pero sin el que la Estrella no lo sería tanto. Converso con el pregonero de la Semana Santa y aprovecho para que sus palabras queden recogidas por un micrófono. Nos preguntamos y nos respondemos para salir del paso mientras la Estrella sale de la Carrera oficial. Se lleva la esencia del Domingo de Ramos prendida de su manto. Cuando este palio se aleja se confirma que el Domingo se acaba. Hasta ahora albergábamos la duda de que fuera un sueño pero cuando el pico de los capirotes de los nazarenos que van delante del Señor de las Penas apuntan hacia Regiones y la Estrella nos da su espalda azul, prolongación de los antifaces, despertamos a lomos del pregonero.