11 de mayo de 2010

La túnica morada y la corona imperial

Las Angustias en la calle Navarro Rodrigo este año

Abajo se ven cientos de hormigas. Sobrevuelo la rambla del Obispo Orberá desde la Puerta de Purchena y a lo lejos, en la Compañía de María las hormigas se aprisionan en una salida histórica: la de las Angustias desde este colegio se va a plantar en una vomitera nazarena de lo que se quiere ser camino del centenario. Ahí queda confirmado lo que hace años se dijo. Se intuye lo que tienen por cierto en San Juan y la cofradía es otra haciéndole más grande la brecha al día. El Jueves Santo se ha hecho día con encuentro breve de ojos hinchados en la lonja de la Catedral y café/tónica en el quiosco Amalia con Peralta, joven que sale en el Consuelo y señora. Gente, mucha gente, desde la esquina del Vera Cruz, donde se puede desayunar si se compra por estas calles un día cualquiera hasta la calle Siloy, pendiente, que acompaño a la cofradía. Voy con el Cristo que anda, que pasa por Ricardos y por San Pedro y lo despido brevemente para reencontrarme en Conde Xiquena. Se ha dejado en el camino la Diputación y una parroquia. Luego en las Puras lo vuelvo a ver. Me despido equivocado. Es un hasta el año que viene y no lo sé que luego lamento. Cuando la Virgen sale lleva la corona imperial de Navas-Parejo, que no es poco. Me encanta aunque abunde el paso. Luego hago como que escucho la entrada por la radio. Isabel Fernández pone la voz y la municipal de Guadix una marchita emotiva, para el momento, que no desentona: La Quinta Angustia de Grau.