14 de mayo de 2010

Qué puta eres, Manolo Lama

A mi me da pena meterme con Manolo Lama porque dice Mateo que le gustan las cofradías. Quizá tenga razón pero Pedrerol, Lama, Cano y otros apellidos que afortunadamente no recuerdo me dan asco. Ahora Lama es noticia por lo del indigente y las propinas que le propina. Los payasos corremos ese riesgo al tensar las cuerdas de las bromas: que las podemos romper. Pero es que los payasos están bien en los circos. A lo mejor a mi la gracia me la hace menos porque como los romanos nos dejaron como mucho unas murallas al lado del Paseo de San Luis pero los circos se los dejaron olvidados en otros sitios, la gracia, como digo, quizá aquí por eso yo la tenga menos. Un circo puede ser ovalado o redondo por lo que veo en los documentales y en las noticias cuando es noticia la ciudad de Nimes que si no es por su plaza de toros nunca sería noticia. Como redondo es el negocio que hace La Sexta a costa, dicen, de su rival Cuatro que es donde Lama perpetra sus jocosas meteduras de pata al alimón con las alcachofas amarillas. Parece que hablar de fútbol es hacerlo como se hace aquí, en mi calle. Pero es que en mi calle nadie ha estudiado periodismo y ya que Kiski hace notables esfuerzos por reivindicar el pan de los hijos que algún día tenga no estaría mal que sus predecesores le acompañaran. Vamos, que si Lama —y quien dice Lama dice Pedrerol, Cano y otros apellidos que afortunadamente no recuerdo— reivindica también la cosa del peridismo que no caiga en lo que mis vecinos que es pintor uno, albañil otro, peluquero alguno y parados los más. O vale cualquiera o algo tiene que diferenciar a unos de otros. Por más que cuando salen los deportes por el plasma parezca que estamos en un bar de mi barrio. Creo que eso es porque la mona no puede colgar en su árbol un título firmado por un ministro. Así que la que sea puta que cruja.