21 de octubre de 2010

La semana y la altura

La Oración en el huerto por la calle Ricardos este año. Dani Pérez

La semanita viene que da pena que se vaya, oiga. Zapatero le ha dado aliciente a lo político con lo de la crisis de gobierno ¿en crisis? para un país en crisis de todo y algo más. Menos mal que nos hemos enterado de las verdaderas razones que llevaron a Raúl a fichar por el Schalke 04 y ya con eso la semana se queda compensada en lo deportivo. En lo cultural mi aliciente llega mañana (como cada viernes) y en lo cofrade está uno que no para de leer alegrías. Ahora la nueva es la antigua procesión de impedidos como con hambre y más analfabetos en la ciudad pero en los tiempos que corren. Saltando así de año en año o de siglo en siglo y tiro porque me toca. La Soledad está que lo borda; que si la cofradía, que si las túnicas, que si la Virgen en el retablo del altar mayor, que si ahora esto. Qué año soleano, caramba, pese a lo ordinario del mismo, que ya quisieran para si otros en sus años extraordinarios. Parece ser que anda la cosa de comisiones organizando eventos en San Ildefonso y en San Juan. En Soldado Español no sé quién lleva los pantalones organizativos pero hoy que he pasado por la puerta de Santa Teresa he visto allí la rampa como si fuera de marzo la tarde. El sábado la baja el palio, que hoy anda de retranqueo. La semana, como digo, está que da pena que se vaya. Pero endulcémosla más, si cabe, echándole gambas a un arroz que no es nuestro. Leía sobre la intención de los priostes de Montesión de elevar al Señor de la Oración en el Huerto. Anda. La reivindiación vieja misma que se hace por aquí, ahora. La cosa es que es curioso tropezar con la intención esta precisamente la semana que los de la salamandra tienen igualá. Casualidades de esta vida, simpáticas coincidencias e invitación: a la reflexión, claro. ¿Altura para el Señor de la Oración en el Huerto? Como que la va necesitando, ¿no? Bueno. Ahora va delante, adelantado como nunca, centrado, protagonizando el verlo venir. Quizá ya lo de la altura no sea necesario. La semanita ha venido sin lluvia pero a mí me ha dado por meterme en algún que otro charco. Como no he tenido suficiente y me gusta el Señor calzado, ahora va a ser el ángel, que va mirando los candelabros. El caso es remover, aunque sea conciencias estéticas.