Ejemplar de 1726 de las obras espirituales del venerable padre presentado Fr. Juan Falconi. Eduardo Vizcaíno
Y se hizo viejo escribiendo un evangelio. Cogió la pluma, se la mojó en la vida que la vida de Juan tuvo que ser algo así como las cosas que le leemos en las misas y dejó ahí sus libros para que otros los encuadernaran con otros fascículos de RBA que tanto se venden, que es lo que importa, y tanto se leen, aunque eso ya importa menos. Juan se coge la túnica esa que le tienen puesta, se baja de un sitio y se sube en otro, se sube a la peana y se acuerda de que le falta un aire de intelectual que tiene por escrito pero, ay, pájaro, él sabe que en verdad leerle lo que se dice leerle, la gente le lee poco así que tiene que dárselas de escritor de manera vistosa que por los ojos las cosas entran mejor. Por eso le ponen un ejemplar de 1726 de las obras espirituales del almeriense venerable padre presentado Fr. Juan Falconi del orden calzado de Nuestra Señora de la Merced que a Juan le queda muy poético, como la pluma en la mano, que nos enteramos hoy de que Juan es zurdo pero se la moja, igual, en la vida para (d)escribir lo que (d)escribe. Así que Juan posa, con su pose hierática de altar, la pluma y el libro que es todo un detalle de buen ver ayer que todo fue en él misa en el Sagrario.
Más fotografías en Rinconcito cofrade almeriense.