12 de octubre de 2010

La banda de la Oración

La agrupación musical 'Nuestra Señora del Mar' el Domingo de Resurrección tras el Resucitado. Philbychan

Esta mañana de sol y calles desiertas era así a lo mañana de domingo pero en martes, cosas de puentes, con banda llegando, banda que llega en ordinario y banda que toca antes del arroz. Las batas blancas viven la tranquilidad habitual del Hospital pero más, y de una puerta se van a otra a echar vistazos, pegar la oreja o echar el rato. Es una forma cofrade como otra cualquiera de pasar una mañana de domingo que no lo es, sólo lo parece. Por las ventanas de mi barrio de diario e inmigrante las televisiones y el desfile propio del día. Por las noches de verano, cálidas y azules o blancas, los resplandores de las casas con sus ventanas abiertas y su serie, su película o su programa son fogonazos de realidad. Ahora las ventanas se empiezan a cerrar, que refresca aunque no del todo. Por eso, quizá, aún quedan ventanas que escupen soldaditos de plomo con sentimientos por la Castellana. Nosotros vamos a la capilla llena, que regresa el Señor sin escayola y la gente lo quiere ver. Luego entra la banda de los marineros sin playa porque son de Huércal. Ellos la playa la ven de lejos, desde arriba, oteando con bombardinos desde la torre de Cárdenas. Es un ejército de camisas azules que baja por la calle Serrano en cuesta, me parece, que vienen tocando en ordinario y luego dan un concierto para la capilla más llena todavía. Luego el himno y salen entre aplausos. Es la primera vez que sale una banda como héroes del Dos de mayo 5 meses después. O dos siglos. El tiempo es accesorio. El tiempo ahora sólo cuenta para ver lo que le queda de batería a los móviles. Porque la gente graba mucho los conciertos de las bandas. Es una práctica casi nacional, como el día. Como el debate de esta banda y la Oración. La gente lo comenta, y me lo comenta. ¡Claro que sí! Son esas cosas que extraña no ver. Sobre todo si se escucha el espantoso ridículo de la banda que iba con la Oración el año pasado, trompetas absurdas y chirriantes, graznidos de una época, el olvido de aquel tiempo pasado en el que nos fue mejor a todos. A la agrupación de hoy le falta un día más entre los días santos aquí. Y el Miércoles la pieza del puzzle apetente encaja. ¿Que no? Bueno.