5 de octubre de 2006

A la Virgen del Rosario le salen las cuentas

Este año volverán a salirle las cuentas a la Virgen del Rosario. No faltará a su cita obligada con las calles estrechas en las que vivo. Lo hará acompañada por la banda de Sorbas. Todo este sábado. Y como si le pesara los siglos, pisará unas calles impropias, repudiadas por otras cofradías desagradecidas. Menos mal que, como digo, a la Virgen del Rosario le salen las cuentas y, como se sabe de este barrio, aunque mocita, no renuncia a las cosas de su abuela. A las cosas de su gente. Y cada vez que sale se olvida de que su paso es pequeñito e inunda como tormenta del mes pasado con su grandeza la estrechez de la auténtica Almería en torno a la cual todo crece y gira.

Todo será este sábado -como el de Pasión- regalando marchas como las cuentas de los íbidem que le penden de las manos harán con sus caricias al aire de una tarde de vísperas ficticia. No me lo perderé. Porque la ocasión no abunda. Ahora, eso sí, cada vez que a la Virgen del Rosario le salen las cuentas, se enamoran los balcones a su paso y la tarde se inventa una luz diferente. Casi de amanecida. Como los primeros rayos que parió esta Virgen sacándose de la manga su lugar entre los más necesitados del barrio. Este sábado será el día repetido. Pocas veces, la vida, a uno le concede tantas oportunidades. Menos mal que, como a la Virgen del Rosario le salen las cuentas, anda espléndida.