Me comenta un exiliado que el traslado de los titulares de los Estudiantes sí puede ser motivado por unas obras pero que se trata de un traslado irreversible. La clave pudiera estar en la capilla de los eternos vecinos. Aquellos se aplicaron el cuento cuando monseñor González Montes aconsejó como aconseja las cosas la Iglesia. En cambio los otros, los de ahora, no se debieron aplicar tan bien aquel mismo cuento que ahora, a la más mínima oportunidad de hacer entrar la letra, aun con sangre, se van a tener que poner a ello. El tiempo dirá.