7 de diciembre de 2006

La patena y el alfarero. A Salvador

En tu regazo, guardas el pergamino inmaculado en
el que se firmará la carta de libertad del hombre.
XXV pregón de la Pura y Limpia Concepción de María. Málaga.
Salvador Marín Hueso



Ayer, mirando a Málaga se pudo escuchar el XXV pregón a la Pura y Limpia Concepción de María. Lo dio un leído habitualmente (cuando se deja) Salvador Marín Hueso.

Hablo de este pregón porque me ha gustado y porque lo dio alguien a quien admiro. Por ese orden. Si mal no recuerdo, es la primera vez que hablamos de algo que ha ocurrido allende nuestras provinciales (y provincianas) fronteras. Lo cual tiene mérito por lo bueno y numeroso que acontece tras ellas y lo escasamente habitual que es la cantidad y/o la calidad por aquestos pagos.

Pero miremos hoy otro ombligo. El de la Pura y Limpia Concepción de María anunciada y respetada en un pregón jueguetón (no como mi mala rima) que hizo molde al alfarero cuando dijo aquello de "Dios, en molde de mujer". Agradecimiento imperdonable para muchas sotanas. Y aunque "los sagrarios empiezan a sentirse pequeños e indignos" por estas fechas en las que "el azul del cielo lucirá hermanado con el blanco de sus nubes como sólo Dios puede lograrlo", supo Salvador Marín enarbolar con esos colores una bandera de diciembre semejante a la de Gerado Diego, "nieve y azul".

El pregón ha sido una traición al eufemismo en el que hay referencias a Nietzsche y a Lorca, y en el que se menta la soga ante muchos mojigatos ahorcados que habrán tenido que revolverse al oír la palabra más corta más duramente prohibida: sexo. Una bandera de diciembre hecha palabras valientes para defender que "los hombres no nacemos culpables de delito alguno". Profundidades posteriores darán una versión de los hechos e interpretarán para las conciencias del día decisiones. Y una bandera que pregunta con dureza a María "¿quién es ese Dios, que se propone humillarte? ¿Quién es ese Dios cruel, que te mostrará adúltera ante tu marido?"

Sobre la estética ya podrá Federico Daniel Ernesto Schleiermacher volver a nacer todas las veces que quiera y a reescribir las mismas páginas que simplemente refrendará los llamamientos de Salvador a Israel: "Estáte alerta, Israel: en la noche de Miriam, comienza tu amanecida". Más belleza no cabe entre los muros de una iglesia. Más belleza difícilmente podrán escupir otros labios. Y aun así esos labios tendrán que escupir al suelo porque "en el pesebre, se transparenta el rechazo de Dios a la lógica humana: a su permanente gula de sometimiento y opresión; al despotismo de los gobernantes y la inmisericordia de los acaudalados; a los pecados de su propia Iglesia, que habría de entregarse durante centurias a la tiranía del hombre sobre el hombre". ¿Dualidad? ¿Contradicción? La vida contenida en un homenaje tras repetir cinco lustros los homenajes a la Reina y Señora de los tópicos aunque vincularla a ellos, "a tópicos manidos, a empalagosas letanías consabidas [como dice Salvador], supone mucho más que no estar a tu altura: resulta, sencillamente, desconocerte". Supone eso y significa mucho más: que hay pocas ganas de hacerlo.

Pues bien, no importa: "ved a la Madre del único Rey del mundo, repudiada en los mesones; velando su cuna aromada por excrementos; aunando a animales y analfabetos como única corte". María desnuda, humana en su divinidad de tradición y siglos "porque no eres madera, ni trazo de pincel, ni estandarte tras el que salvaguardar privilegios o (maldita sea esa blasfemia) camuflar el odio al hermano". Desgarro de sinceridad y herencia para los que tengan la suerte de leer pregones como este dentro de 200 años y no la rapsodia capillita y absurda de los que repiten lo que otros mejor que ellos ya dijeron: "le bastaría ver la cruz en alto, para saber que de ella pendía un esclavo, un bandido, una úlcera de la escoria de Israel". Qué frío de tarde de Viernes Santo. Viento y polvo como de Miércoles de ceniza y aspereza que incomoda. Por eso, para despedirme te agradezco que vivas en Ella; porque si eso justifica que escribas como escribes, que digas lo que digas, sigue diciéndole a la Pura y Limpia que "viviendo en Ti, el silencio no es una opción: porque tu música suena siempre sin sonido, como el baile de los planetas, como las avenidas de la sangre, como los compases del aire en los pulmones" que yo, mientras, me quedaré reinterpretándote ayer con un verso de Villaespesa a Rubén Darío: "tu alegre musa es hija de la musa pagana".


Post Scriptum No haber querido escribir mucho me ha llevado a hacerlo y, encima, a no decir todo lo que (y cómo) quería por no pensar en lo que debía y sí en no escribir mucho aunque ello, como bien sabes, me haya llevado a hacerlo y, encima, a no decir todo lo que (y cómo) quería. Los motivos está de más que los diga a estas alturas, ¿no crees?