10 de abril de 2007

Cosas que pasan cuando tienes tiempo y no te hablan de espiochas

Hoy he conocido a Jesús y a Gastón. Salía del Aulario II en dirección al edificio de Humanidades a esperar a mi madre cuando estos dos chavales se me han acercado. Me han dicho muy educados ellos que querían darme una invitación... llevaban muchas en la mano y he pensado que eran invitaciones a algún nuevo pub de esos asquerosos a los que van los universitarios pero mi sorpresa ha sido que después de invitación, en vez de a chupitos han dicho: para conocer a Dios.

Anda. ¿Mormones sin corbata? ¿Testigos de Jehová sustituyendo el tradicional puerta a puerta? Nada de eso. Aunque tampoco sé en realidad qué eran. Y como aún tenía una hora por delante hasta que saliera mi madre de clase he decidido cambiar la rutina. Los martes, de nueve a diez, leo en un solitario pasillo de la segunda planta con vistas a la sala bioclimática mientras mi madre asiste a una clase en la que hablan de los griegos y las cosas que construían. Hoy iba a releer un librito de cuentos de Quim Monzó que me compró en un quiosco de Retamar, me dedicó y regaló una amiga a la que llamaba con cuatro letras hará un par de años... Pero he optado por escuchar hablar de Dios a estos dos chavales. Ya releeré las espléndidas reflexiones de Monzó mañana con la excusa de saltarme alguna clase.

A lo que iba...

He estado una hora hablando con estos chavales de sudamericano acento. El de Jesús, es un marcado y penetrante acento argentino. Eleva la voz con la misma facilidad que la baja... Te atrapa con las palabras. Era como tener a Jorge Bucay delante... Y sabe lo que tiene que decir. Lo sabe si no nos salimos del guión, claro está. Cuando esto ocurre, no obstante, conoce un par de respuestas que reconducen la situación y se lleva la conversación a lo que estaba diciendo, esto es, al guión. Gastón puntualiza. Pero se le ve muy verde aún. Eran como esa pareja de comerciales en la que sólo habla uno; el que está enseñando al que empieza. Y Jesús se veía que sabe de lo que habla. O más que saber (que no sé si sabe) que sabe transmitir el mensaje que tienen que transmitir.

Hemos hablado mucho de Jesús, de Dios y otra vez de Jesús. Me han comentado las señales que les ha mandado Éste y hemos seguido hablando de Nicodemo. Y, claro está, si la cabra tira al monte, yo que dicen que soy un cabrón no iba a ser menos y si me hablan de Nicodemo, qué queréis que os diga: he desviado la conversación hacia la Semana Santa. No veas cómo hablan de los cofrades... Pero les he dejado hablar. Primero porque era divertido y segundo porque también han dicho unas cuantas verdades. Pero lo mejor ha sido cuando por tal de captar a uno para su reunión de esta noche, han recompuesto el gesto tras decir lo que han dicho y yo comentarles que era mu capillita...

Pero tranquilidad... Hasta "hay esperanza para mi". Así es que de vez en cuando me animaban a orar con ellos. Parece ser que todos los martes se reúnen en la cercana plaza del Estudiante. Eso pone, al menos, en una tarjeta que me han dado y en la que pone lo de que hay esperanza para mi futuro y para todo el de aquel al que se la den.

El mensaje que transmiten es muy bonito. Algo contradictorio pero bonito. Embauca. Pero, claro, no van a convencer a uno hablándole de espiochas y espuertas cargadas de escombros... Además, a poco que uno se haya documentado sabe que este tipo de grupos se aprovechan de personas cuya dependencia emocional de otras es elevada o que atraviesan algún momento de angustia. Tampoco es que ellos lo disimulen mucho; en un panfleto que también me han dado muy amables ellos dice que "si estás cansado, cargado y agobiado; acércate a mi y yo te haré descansar". Y según se encargaban de recordarme como quien no quiere la cosa, "ahora estarás muy agobiado con los exámenes, ¿verdad?".

En fin... Estos sabrán mucho de lavar cerebros pero lo que es el calendario académico no se lo conocen porque los exámenes han terminado y hasta junio, queda poco pero aún queda para empezar a angustiarse; y más con la de cafés que me quedan por tomar con el Codi.

Además, también es contradictorio el mensaje contra la Iglesia católica, sus "sedes" y demás "parafernalia". Con ellos no se necesita nada más que una Biblia y abrir tu corazón a Dios. Aunque el panfleto dice que tienen sedes repartidas por varios puntos de Almería y Granada. ?¿ Ah... Y una web que no se puede visitar: www.cfcgranada.org

En fin... A las diez menos cinco me he despedido muy cortés de estos dos amigos. Les he pedido que me recomendasen un par de lecturas aunque sólo me han dicho una; del Evangelio de Marcos. El capítulo siete. Ahora lo leeré. Es la primera vez que una secta intenta captarme. Han dado el primer paso de los tres que nunca deberían dar.

Aunque, eso sí; tienen una cosa buena al menos en esta fase inicial: hablan de Jesús y ¡se les entiende!. Todavía recuerdo una breve entrevista que se le hizo el año pasado a monseñor González Montes en Canal Sur radio el Viernes Santo: ¡todavía no sé lo que dijo!