2 de junio de 2007

Porque siguen sin estarlo...

Procesión de impedidos del Salvador (Sevilla) a principios
del siglo XX. Fotografía del archivo de Jesús Leal tomada
de La gente de abajo, el blog de Fran y Roberto Villarrica.




Hace poco más de un año escribía aquí que las imágenes no están para adornar. Lo hacía pidiendo a gritos que las juntas de gobierno no antepusiesen la comodidad de sus salas capitulares a la calidez de estos actos de cercanía. Porque más debieran ser los besamanos y besapiés de las diferentes representaciones plásticas de Dios que de poco sirven expuestas en sus capillas. Hoy lo he recordado al leer el anuncio de una posible magna exposición Mariana en el convento de las Claras... Decía, entonces:
Nos hayamos inventado un Dios tan a la medida de nuestras flaquezas o no, el caso es que pocas veces es tan visible la realidad última del fin por el que nos acercamos a Él como en los días en los que baja de los altares para ser tocado, rozado, rezado con las manos en los diferentes besmanos y besapiés con que el almeriense se aferra en sus naufragios a esa tabla de salvación última.

Su razón de ser no es sino evidenciar la esencia, hacerse visible, palpable, explicar materialmente lo que nos cuesta entender por la intangibilidad de algunos conceptos. Y mientras se mantenga inaccesible a Dios, la distancia se irá pronunciando cada vez más. La clave y la diferencia del poder de convocatoria de una procesión como la del Corpus Christi y una de penitencia...

La cercanía, la proximidad, me lleva a identificarme con; la distancia, a recelar. Y las cofradías tienen la llave de un candado mágico como es el de la devoción. Fomentémosla y no pretendamos alejar lo que por naturaleza nació cerca. ¿Si no, qué sentido tienen las imágenes; adornar?
A día de hoy celebro la decisión adoptada por los Hermanos mayores de acercar sus imágenes titulares al pueblo que, repito, poco hacen en la distancia de sus altares. No termino de decidirme por la idoneidad de una magna exposición (arte) o su exposición en besamanos (devoción) ambas opciones con sus ventajas y sus desventajas... Pero sin duda el paso ya dado me parece que va en la dirección correcta. Sea luego de una manera u otra, no nos olvidemos de que todos los caminos, dicen, conducen a Roma.