23 de junio de 2008

Consecuencias del 22. La SER cardando lana

Algo tendrá el agua cuando la bendicen y algo tendrá la roja cuando cada dos años la animamos incondicionalmente ante los mejores de Europa y ante los mejores del mundo. Algo tendremos de inocentes o de soñadores, o de utópicos o de todo a la vez que siempre nos venden las competiciones como la definitiva, siempre perdemos (mítica frase del "jugamos como nunca, perdimos como siempre") y siempre seguiremos regresando a la primera palabra de este párrafo para repetir una tras otra, sin alteraciones, estas palabras y, por supuesto, su orden. Borges acertó en sus cuentos con lo del tiempo circular. Con esto que decimos, vamos. La idea del eterno retorno es muy española y prueba de ello es que aquí vive la monarquía y asiste a los palcos a ver partidos aunque a la reina le aburra y disimule estupendamente por televisión. Quizá se aburra porque en el palco la compañía no era la mejor para una fiesta. Michel Platini junto al rey, con la cara de un primo de Gérard Depardieu y mucho asco, supongo que porque recordará la final del Mundial de 2006 y, al otro lado, Villar. Ahí se quedan, en el palco.

Comienza hoy, y hasta el jueves, una serie de entradas dedicadas a la gesta que nos va a hacer más llevaderas las subidas de la luz, del euribor y la jornada laboral. Esa euforia que quitará espacio en las portadas a las noticias que hasta hace unos días lo eran. Una era (fue) la sentencia contra Jiménez Losantos. Hoy, compañeros de emisora rival, la que ataca a la radio de los obispos, han rezado un Padrenuestro durante el partido. Exactamente antes de lanzarse los penaltis. Supongo que los nervios y más minutos de los previstos teniendo que rellenar de palabras los silencios de la radio conducen a estas cosas. Me creo más esta teoría para apuntalar la verbosidad excesiva de Manolo Lama y sus acólitos que comulgan con ruedas de molino y lo que haga falta con tal de agradar y, deduzco, cobrar, aunque si no cobran, la cosa apenas cambia. Porque esa especie de conversión que sufre la SER cuando los nervios afloran dando pellizcos a la vejiga y la incontinencia pasa de ser urinaria a verbal trae consecuencias. Una ha sido que a Casillas lo hayan santificado sin beatificarlo antes. La verdad es que lo merece: alguien que es capaz de unir a los españoles y hacernos olvidar la que tenemos encima y encimo (te la dedico, Aído) es un santo y un casto varón si la sevillana Eva González vigila de cerca. Pero las cosas de palacio van despacio y Roma es muy estricta para eso; primero beato y luego santo. Así que por mucho que esa suerte de Saulos de Tarso de la SER hayan visto sobre el cielo del Ernst Happel Stadion de Viena a San Iker Casillas, a la hornacina aún no llega.

Como no llegará Güiza. Pobre chaval al que al final se le ha quedado la cara que se le quedaba al único de la pandilla que no era capaz de tocarle las tetas a la misma facilona de siempre. Metió el gol de la victoria más intrascendente de cuantos lleva España en la Eurocopa y ha sido el único que no ha batido hoy al que dicen que es -después de Casillas- el mejor portero del mundo. Como para llorar; esas cosas no le suben a uno el caché y, menos mal que hemos pasado. Se lo estaríamos recordando de por vida que también somos especialistas en hablar de Cardeñosa y la mitad ni sabe(mos) quién es ni contra quién hizo lo que hizo. Y no lo sabemos porque Brasil con pantalón blanco no es Brasil. Como la Virgen de la Cinta no es la patrona de Jerez. Por eso Lama pedía que quien lo supiera le llamase. "No sé cuál es la Virgen o el patrón de Jerez... ¡Que me llame alguien porque no lo sé!". Eso le pasa por mentar a la madre de cada uno. A la de Dios, vamos. A la de Covandonga se encomendó con los lanzamientos de Villa y Santi Cazorla, al Cristo del Corcovado con el de Senna y a la de Montserrat con el de Fábregas. A Camoranesi, le echó mal de ojo porque "no has pisado una iglesia ni un lugar santo, vas a fallar" pero a Güiza (el único que no ha metido el penalti por parte de España, recordemos para su pesar) lo encomendó a "la Virgen de la Regla" como si el jerezano no lo fuera. Seguramente se acordaría de Rocío Jurado y rectificó aunque no por ello ya sea sabio: "Bueno, es de Chipiona pero también te mira a ti". Por eso Güiza no ha marcado. Porque nadie le dio un toque a san Dionisio ni la Virgen de la Merced y, claro, la de Regla sólo mira a sus chipioneros y chipioneras, Aído no te olvidamos. Por los de Jerez, que miren los suyos. Y si falla el único al que Lama no encomienda bien y aciertan los bien encomendados, a ver si va a resultar que la COPE tiene la fama pero es la SER la que carda la lana.