Los índices de audiencia son la fuerza que mueve el mundo. Bien lo sabe un Gabilondo del que dice Vicente Ruíz en El Mundo que una prima suya que conoce a un amigo de una que estuvo saliendo un tiempo con el hijo de la vecina de arriba de la que le mete el dobladillo a los pantalones de la que limpia uno de los estudios de Cuatro le dijo que andaba el hombre preocupado porque el share le ha demostrado que si cuatro ojos ven más que dos, no digamos ya seis -en todos sus sentidos-. Así que viendo cómo son más los que ven los informativos de La Sexta que los que ven los suyos en Cuatro anda el hermano del ministro de Educación cuestionándose para qué sirven los capotazos que le da al gobierno si nadie los ve. Y como eso sí lo ve la gente, para evitar los dolores otros se ponen la venda antes de hacerse la herida. El share es el share, las cosas como son, y en ello caen de cuando en vez los jurados de los premios que se dan lustre a base de darlo y le dan un Príncipe de Asturias de los deportes a Fernando Alonso (que no es deportista) o el Nobel de la Paz a Obama. Aquí no hace falta comentario entre paréntesis.
De alguna manera hay que subir los índices de audiencia que es de lo que se trata. Lo decía aquí mismo hace un año Alejandro Cerezo: no es tanto 'decir algo' como que lo 'diga mucha gente'. La afición del Almería es ridícula. Primero porque un equipo que el año que viene va a estar jugando en Murcia no despierta simpatías y, segundo, porque ¿cuándo ha tenido afición un equipo de fútbol en Almería? Pero no es por ahí por donde iba sino por otras torcidas. ¿Qué es la afición del Almería comparada con la del Madrid? ¿Cuánta es la afición del Almería comparada con la del Madrid y la del Sevilla? Sin hacer leña del árbol caído que aquí los inviernos no son muy fríos aunque nosotros lo tengamos, admitamos que ¡Negredo selección! era más un grito de aburrimiento en las alejadas gradas del estadio de los Juegos del Mediterráneo que un mensaje. El mensaje lo ha transmitido Vicente del Bosque al convocar a Negredo cuando ya no estaba aquí, cuando lo recompró el Real Madrid y se lo pasó al Sevilla. No es lo mismo llevar a la selección el fichaje más caro de la historia del Sevilla Foot-Ball Club previo paso por Chamartín que un delantero de Vallecas jugando en un equipo de provincias. Los índices de audiencia son la fuerza que mueve el mundo, las cosas como son.