7 de noviembre de 2009

El buzón de Barbeito

No lo necesitas. No lo des. Te lo he dejado escrito en tu blog que el mio no está para eso. Aún estás a tiempo. Sé que estás ilusionado y contigo muchísimos lectores —me meto en el saco— pero estas cosas son a mayor gloria de los que señalan con el dedo. No aceptes esta designación. No lo necesitas. No lo des. Mañana dirán lo mismo de cualquiera y pasado sólo se hablará de Rodríguez Buzón.



No te pasará como a Burgos porque Burgos escribe ramplones textos provincianos que entretienen una mañana de domingo y no estamos aquí para hablar de él que, además, allí hace frío y lo tuyo leemos que es la primavera. Como la de Ahora, sí, aquella columna abrileña en EL MUNDO que bien daba título —sin pretenderlo— al acontecimiento que protagonizas esta semana pero no lo aceptes, no lo des. No lo necesitas. No te pasará como a Burgos que dejó de ser el mejor futuro pregonero para quedar en evidencia pero él tuvo la suerte de que sólo se hable de Rodríguez Buzón y tú no. El Pregón es lo que es, lo dan los que lo dan y lo organizan los que lo organizan. Y lo escuchan los que lo escuchan. Esto no es de igual a igual, tú no los necesitas. Y ellos, aunque te utilizan, tampoco. Ellos necesitan seguir hablando de Rodríguz Buzón y lo seguirán haciendo tú vaciado y olvidado después de remendar el siete.

Siete o tres, qué más da. Cierras la terna, que el resto reciente ni merece teclear. Una dupla lamentable de pregoneros sin forma ni fondo (Herrera sin fondo —al menos con forma— , Burgos sin lo uno y, por supuesto, sin lo otro) antecede a la vencida, a la tercera, la tuya, la de Barbeito con forma y con fondo. Conservo junto al dos o tres por ciento de los más de 10.000 artículos que, leo en ABC, has escrito, una columna de los primeros noventa en El Correo de Andalucía. Desde entonces, si acaso días antes, procuro leerte si coincidimos y conservarte si se me apetece y me permito aconsejarte en este blog que no lees que no aceptes la invitación. Menuda tropa, conde de Aznalcázar. Desde aquí, desde la protagonista de aquella Andalucía veo venir a los que te señalan, a los que te han señalado para bien y te rodean y rodearán de parabienes de aquí a marzo. Mañana tendrás el buzón lleno de ellos pero pasado sólo se hablará de Rodríguez Buzón.