Es mujer con la que estar casado a esa edad. Medias sin contemplaciones, inteligente ella aunque política y con alguna otra tara más que llevará al tálamo, fijo. Pero va camino del medio siglo que no es la comparsa del Puerto y uno piensa que es mujer con la que estar casado a esa edad. Aunque vuestro dinero os cuesta, no os confundáis, afortunados cotizantes; que esta mujer despierte ese algo, nos acerque ese no sé qué que tiene y que el acento raro que le aflora y con el que te pronuncia de aquella manera sólo es la punta del iceberg de lo bien que vive a vuestra costa. Por eso la fotografía ésta que acompaña lo que escribo es frívola como ella. No sé si seguirá con el novio aquél acomplejado y desubicado que se echó, que era cámara y motero, cincuentón y triste, de esos que van dando pena por donde pasan. Macarrilla de medio pelo y motero. ¡Motero en España! Eso es algo casi tan triste como tener un grupo de rock, que si encima cantáis en inglés, ya no es triste: es de capítulo de Candy Candy.
La Jiménez -con jota- llega de la mano del Presidente a Madrid. De nuevo. Ya perdió una vez, y cuando lo hizo tardó dos meses en perderse. Los ciudadanos habían decidido que durante cuatro años trabajara en la oposición y ella aguantó dos meses. Pero ahora es distinto; dice que en caso de perder 'no es de las que abandonan'. Yo me lo creo, pero porque en política nada es lo que parece o a nada se le llama por su nombre. Y a saber lo que es abandonar para los partidos estos de los rojos. El eufemismo. La derecha y la izquierda es arte que ejercen de manera desigual. Lo mismo es que empiezan a abandonar el barco los que quedan y entonces no es candidata sino rata. O mujer. O niño. Los niños y las mujeres primero. Así se hizo en el Titanic, que me vi la película. Así que lo mismo el PSOE se hunde. Desde aquí abajo yo creo que los ciudadanos estamos bien posicionados para ver si es verdad o no.