13 de septiembre de 2010

Athletic Club de Bilbao - Atlético de Madrid (2ª jornada)

Kun Agüero ante Susaeta. AFP

Segunda jornada de liga, yo delante del televisor, y ha ganado el Atleti de los aviones al Athletic de los leones por un gol de diferencia, 2 a 1, en un partido con martillo, golpeando las camisetas antiguas de rayas rojas la portería del niñito rubio De Gea del que decían los comentaristas de La Sexta que está llamado a ser el sucesor de Casillas. Pero De Gea no se ha asustado mucho. Como si los leones rugieran detrás de una jaula defensiva bien trenzada por Quique Sánchez Flores tan moreno él. La defensa quería hacerse raya en la frontal, muy lejos de ella, para que Llorente estuviera con ellos tan lejos, reduciéndole. Así que Fernando ha hecho poco. En realidad ha hecho mucho llevando tantas veces el cántaro a la fuente que al final se le ha roto con gol de delantero antiguo. La de balones que hacen fútbol de toda la vida bombeando al área los laterales del Athletic. Había por ahí un 3, decían, que posiblemente fuera el 3 que esta década le hacía falta ver correr a San Mamés. Luego Toquero mira que lo intentaba que incluso hacía brazo prolongación capilar por intentar rematar de cabeza pero ni con esas. Fue una de una serie de amarillas que se vieron durante el partido del mucho correr y el más rugir de la grada.

Partido intenso, de mucho correr, como digo, mucho gritar y de entrarse bien entrado, mandando a algún que otro jugador al vestuario antes de tiempo. Como tiene que ser. De manos, de tarjetas, de faltas, de correr peligro la integridad física de Undiano Mallenco. De un fútbol que afortunadamente no se pierde, de dos estilos o de uno que a veces fueron dos. Un Atleti controlando el balón primero y luego al contragolpe. Y luego sin querer jugar, directamente. El Ahtletic, por su parte, venga a correr. Y balón al área. Y otro. Y otro. La verdad es que inquietaban poco pero luego me entero de lo que le pasaba a Toquero, que llegaba lesionado y el otro sin minutos. Me gusta el Athletic impetuoso, esa afición española casi con caspa aunque eso de España escueza. Salían pancartas de esas del reagrupamiento de los terroristas presos como champiñones. Como en la Vuelta o en el Tour. Luego, el Atlético de Madrid, jugando de azul, fue poco, en realidad. O a mí me lo pareció. Pero rentabilizó la cosa. Tanto que el primer gol me gustó. Qué peligro tiene el Kun, que encima es generoso. Y Forlán venga a meter goles. Luego llegó el cambio que no lo fue pero como si lo fuera y salió el Kun para que entrara Muniain y parecía que había más peligro. Rugía el viejo campo y venga, otra vez. El Atleti allí sabiéndose ante rival ineficaz soportando el chaparrón que no fue para tanto. El Athletic ha jugado a lo Gurpegui a saco, penal que casi es y Caparrós, como siempre, impresentable. Fútbol en estado puro.