12 de septiembre de 2010

La policía

Fotograma de la película Salt, que se estrena el 24 de septiembre

Ella que es madre con pies de madre ahora nos sale con lo del cine. La frena, parece, un policía en esa frontera cinematográfica del aquí no hay nada que ver, por favor, márchense y esas cosas que dicen los policías rebajados y atormentados que tiran de la cinta en un perímetro de dos manzanas para que no se vea el cadáver o lo que se tenga que impedir ver. La gente se le agolpa al agente. Un agente a la americana, de esos a los que no le enseñaron a preguntar en la academia. De esos a los que se le cuelan los mejicanos y los negros por los agujeros del sistema como se nos cuela al español el moro, como nos la cuela el moro. El Rey lo llama, le dice por teléfono esas cosas que se le dicen al moro cuando se le tiene miedo y el moro se acuerda de cuando era él el que pasaba miedo, en la guerra, cuando lo pillaban los rojos. Galán, Eslava Galán lo cuenta simpático y ahora el moro le toca las narices a la mujer porque no se las puede tirar. En Melilla a la mujer ataviada de nuevos uniformes, agentes ellas de la autoridad, los moros del sexto Mohamed las esculpen en carteles como calendarios de taller. Qué buenas están estas mujeres que se nos van a Melilla y el moro a éstas no las puede golpear. Por eso se enfada y se cabrea y le chorrea la tiranía cada 28 días o así que es lo que tarda el moro en volver con un algo a su protesta a la frontera. Agujeros que no sabemos tapar y por los que el moro nos la cuela. Eso pasa porque tenemos el idioma ambiguo y la tolerancia confusa. Cuando viene la policía nunca se sabe si es hombre o mujer, eso al moro le disgusta y nosotros ponemos al Rey a llamarlo para aplacarlo en su sed africana. El Rey, oh, el Rey, la monarquía parlamentaria y luego Rubalcaba, y Moratinos y lo que haga falta para que aquí no falte de nada. Un pasito más en el cuerpo este de España donde unas ponen la cara en los carteles del moro y el resto pone el culo. Menos los que mandan, que esos ponen el cazo. No se me ocurrió otra forma de terminar, qué cosas, esta entrada.