
La semanita opaca de la cosa pública, oigan, viene tan cerrada en banda que de obvia duele. Así de claro. Lo del otro Neyra que caneaba a la Carmina Ordóñez queda para el olvido, llevado y traído por el viento, por el soplido y la tasa demostrada de alcoholemia del Neira violento y agresivo de ahora, derechón y prepotente, el broncas de la noche por la que es famoso. A Jesús Neira todo lo importante que ha hecho en esta vida le ha pasado de noche. Hasta resoplar delante de un agente. La importancia de los pequeños gestos es mucha. Y luego el aluvión, la guerra entre los que se ganan la vida en el frente de la cosa pública. Las críticas, los esperares de Aguirre la dimisión que no llega y la cesantía o el cese, que creo que no es lo mismo, que luego llega, con la Bibiana herida de inutilidad. Uy, qué colegio sin patio pero con periódicos de un bando y de otro. Eso es mejor. Sabes a qué atenerte cuando lees, de quién fiarte y de quién no porque España es así, como Almería pero con el norte no en la sierra de María sino en los Pirineos. Algo parecido. Esto es muy chico y nos conocemos todos. Como conocemos a Letizia que es
cool en algunas contraportadas y se pone la mitad de guapa porque es la mitad de lo que era. Esta mujer son huesos y el republicanismo en casa, la modernidad asfixiada. Carmina era muy moderna y como más mejor, muy adelantada a su tiempo. Y ligerita de cascos, que así llamabann a las que se han acostado con todo el que han querido y más las mujeres mayores, vulgo abuelas, de mi niñez. A Carmina le daba para el pelo un novio machistorro él con pinta de caberle por la calle de la Amargura de los pepinos lo que le sobra a Falete. Luego a Neira se le caería el palo de la i, se quedó latino o, directamente, vino otro a defender a las mujeres a las que el del apellido con semejanzas crujía y se fue a dormir a la cama de un hospital. Rápido. La cosa fue un visto y no visto que grabaron unas cámaras de seguridad y los concursantes del improvisado Gran hermano terminaron delante de un juez aclarándose la cosa. O no. Ahora ha llegado la dimisión de Neira de otra cosa. Cese o cesantía. Su cabeza rodando, de ángel a demonio mientras de su primo, aunque no son primos, nadie se acuerda. Una mujer es el nexo y ni siquiera la misma. Una mujer une a cada Neira/Neyra y ni lo sabe. Yo la recuerdo mejor que a Letizia porque la morena era moderna y guapa para los tiempos, para todos los tiempos, pija o tonta, ligerita de cascos, pudiente o no, madre, esposa, amante y de todo, sufrida emparentada con toreros por todas partes. Ella, moderna de cuando los maridos se llevaban sin depilar como ahora, Neira violento al parecer de toda la vida y el otro Neyra del que pocos nos acordamos ya casi como que también. Qué cosas. Carmina, descansa en paz, por cierto.