8 de septiembre de 2010

Neira contra Neyra

La semanita opaca de la cosa pública, oigan, viene tan cerrada en banda que de obvia duele. Así de claro. Lo del otro Neyra que caneaba a la Carmina Ordóñez queda para el olvido, llevado y traído por el viento, por el soplido y la tasa demostrada de alcoholemia del Neira violento y agresivo de ahora, derechón y prepotente, el broncas de la noche por la que es famoso. A Jesús Neira todo lo importante que ha hecho en esta vida le ha pasado de noche. Hasta resoplar delante de un agente. La importancia de los pequeños gestos es mucha. Y luego el aluvión, la guerra entre los que se ganan la vida en el frente de la cosa pública. Las críticas, los esperares de Aguirre la dimisión que no llega y la cesantía o el cese, que creo que no es lo mismo, que luego llega, con la Bibiana herida de inutilidad. Uy, qué colegio sin patio pero con periódicos de un bando y de otro. Eso es mejor. Sabes a qué atenerte cuando lees, de quién fiarte y de quién no porque España es así, como Almería pero con el norte no en la sierra de María sino en los Pirineos. Algo parecido. Esto es muy chico y nos conocemos todos. Como conocemos a Letizia que es cool en algunas contraportadas y se pone la mitad de guapa porque es la mitad de lo que era. Esta mujer son huesos y el republicanismo en casa, la modernidad asfixiada. Carmina era muy moderna y como más mejor, muy adelantada a su tiempo. Y ligerita de cascos, que así llamabann a las que se han acostado con todo el que han querido y más las mujeres mayores, vulgo abuelas, de mi niñez. A Carmina le daba para el pelo un novio machistorro él con pinta de caberle por la calle de la Amargura de los pepinos lo que le sobra a Falete. Luego a Neira se le caería el palo de la i, se quedó latino o, directamente, vino otro a defender a las mujeres a las que el del apellido con semejanzas crujía y se fue a dormir a la cama de un hospital. Rápido. La cosa fue un visto y no visto que grabaron unas cámaras de seguridad y los concursantes del improvisado Gran hermano terminaron delante de un juez aclarándose la cosa. O no. Ahora ha llegado la dimisión de Neira de otra cosa. Cese o cesantía. Su cabeza rodando, de ángel a demonio mientras de su primo, aunque no son primos, nadie se acuerda. Una mujer es el nexo y ni siquiera la misma. Una mujer une a cada Neira/Neyra y ni lo sabe. Yo la recuerdo mejor que a Letizia porque la morena era moderna y guapa para los tiempos, para todos los tiempos, pija o tonta, ligerita de cascos, pudiente o no, madre, esposa, amante y de todo, sufrida emparentada con toreros por todas partes. Ella, moderna de cuando los maridos se llevaban sin depilar como ahora, Neira violento al parecer de toda la vida y el otro Neyra del que pocos nos acordamos ya casi como que también. Qué cosas. Carmina, descansa en paz, por cierto.