25 de octubre de 2010

El iluso y el Domund

La Iglesia con sus negritos, sus indios, sus chinos y su DOMUND. Me acuerdo yo que pintaba por estas fechas escolares muchas cosas sobre, para y por el Domund. Ha sido este fin de semana. Eso se nota en la misa del domingo. O en la mesa de la iglesia, esa mesa que hay en toda iglesia con esas hojas informativas que informan poco. Y así un Domund más se me agota la hucha. Menos mal que las monjas sanadoras no se cansan. Su proselitismo salva vidas. Las monjas son mujeres que están muy lejos de mujeres como Pajín, Gómez o Cospedal. Son mujeres que no mienten y que luchan por lo que creen, no por una pensión vitalicia, chófer y coche oficial. Claro, luego todas esas que pisan moqueta saldarán sus deudas como todo hijo de vecino y el contable inquebrantable sabrá. Las cuentas al final salen. Sobre todo la de la vieja (y no me refiero a de la Vega). Lo que pasa es que los periódicos asalmonados no saben contar así. Ellos cuentan, aunque no hagan cuentas. Por eso lo mismo la risa no está en que cuenten sino en que cuentan, en el contenido de las páginas de color salmón, más o menos malicioso, siempre delicioso o indignante, de las finanzas, el dinero, el mercado, las divisas y esas cosas que se nos escapan con la misma facilidad que sus conceptos. Esos diarios extraños, al alza o a la baja que, no obstante, ponen empeño en recordarnos (o advertir al ignorante) que las subvenciones para el funcionamiento interno de los partidos políticos aumentarán en los presupuestos de este año un 1´4%. Todo lo demás es tijera, recorte.

La batalla no ha mucho fue la de siempre, la antigua: que la Iglesia privilegiada y privilegiosa, comedora de sopas bobas o bobaliconas, chupona del Estado, sanguijuela de la patria discutible, parásito costoso que se financie rascándole el bolsillo a sus monaguillos. Los católicos que se mantengan entre ellos, decían. Y que sigan dándole de comer, si quieren, a los parados que nosotros generamos, cobijo a los que nosotros desahuciamos, cuidando a los enfermos de los que nos desentendemos, recogiendo a los viejos cuyas pensiones hemos vuelto a recortar y un largo etcetera componentes del auténtico lastre de este estado socialista que nos vende Pajín. Dios los cría y ellos se juntan, pensarán en Ferraz. Otros añaden: ¿no son ellos los que hablan de un mundo mejor? Que lo construyan entonces. Pero no a costa del Estado, que no está para esas cosas. Así que para atender nuestros verdaderos intereses, hoy que todo es tijera, nosotros nos subimos lo del trincar. El caso es seguir chupando pollas, culos y dinero que son los pilares en los que se sustenta una carrera que termina pisando moqueta. Aunque el PSOE en forma de web diga que 'el Gobierno no persigue a ninguna organización, ni le pone la proa a nadie por el hecho de que piense de una forma u otra, sino que en función de los intereses generales realiza acuerdos'. Así que deduzco que tras el 29-S la autofinanciación de sindicatos y partidos políticos es inminente.